Mas alla de la excelencia, la Secta

En estos momentos en los que se manejan términos de mejora continua, optimización de recursos y como máximo nivel la excelencia resulta que el fútbol nos ha descubierto un estadio superior reservado hasta ahora solo a los inmortales y que es tan perfecto y puro que ofende solo el cuestionarlo.
Nadie duda ni discute (ni se le ocurra) que el Barcelona esta pasando por la mejor época de toda su historia y que esta generación quedara grabada en los libros de la memoria futbolística como uno de esos equipos diferentes y geniales que aportan al fútbol grandeza para que siga siendo el deporte mas seguido a nivel planetario.
Hasta aquí todo muy lógico y merecido pero como todo lo grande y todo lo genial llega a un momento en el cual el hilo que comunica la gloria con la realidad se rompe y cada una de estas partes vuela por un lado.
Esta supremacía que ya traspasa lo depotivo cae en la tentacion de monopolizar el pensamiento para fagocitar cualquier ente que solamente ose en pensar cualquier otra manera de entender el fútbol. Por lo visto un juego vistoso niega la posibilidad de competirle, niega la posibilidad de critica, niega a posibilidad de ser una amenaza, todo es perfecto.
La excelencia resalta la máxima bondad de las virtudes pero esto va un paso mas allá ya que además de esto extermina cualquier atisbo de autocrítica ante cuestiones que para el resto de miserables mortales podrían ser merecedoras de escarnio publico en la plaza mayor. Mi filosofía, mi ADN, mis virtudes no se discuten solo se acatan y todo esto solo se auroregula bajo la presión de lo bien pensante a lo que nadie en su sano juicio cuestiona porque ante tal cantidad de virtudes solo queda la genuflexión.
Todo Dios necesita un Diablo y hasta en esto tenemos suerte ya que en la competencia tenemos un tipo que esta encantado con ese papel y por el que podemos canalizar todos los horribles defectos que adornan a su despreciable equipo.
Mentiras que acaban siendo vídeos trucados, monos que son morros, favores que se tranforman en llantos, aspersores de la concordia, todo es perfecto, todo es respeto,incluso cuando insulto el himno estoy modernizando las caducas instituciones nacionales (o Españolas quien sabe).
Ante tal cantidad de perfección a los pecadores solo nos queda la evangelización y el perdón de los pecados plegando velas y negando la mas mínima posiblidad de competir.

Pues lo siento señores yo de momento estoy mejor en el infierno, siempre lo han descrito mas divertido y no pretendo ser puro e infalible.