lunes, 2 de agosto de 2010

UN MAL KARMA LO TIENE CUALQUIERA


"Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa". (Gilbert Keith Chesterton).

Proliferan como hongos, como bazares chinos, como liendres al comienzo del curso escolar, como tías buenas a partir del quinto cubata... me refiero a las ya famosas pulseras fabricadas en silicona quirúrgica, a las que se les ha añadido el mineral iónico más potente del mundo, la turmalina.

Y si con eso no fuera suficiente, incorporan un holograma de MYLAR en el que ha sido almacenada una frecuencia procedente de materiales naturales conocidos por sus efectos beneficiosos para nuestro cuerpo. Es decir, la última coca-cola en el desierto, lo más más, lo muy muy y lo tope de lo tope.

A quien se ciña la pulsera se le promete tener más equilibrio (mental no, desde luego), más fuerza y más resistencia. A la ya legión de incautos, se les dice que funciona de una manera natural, gracias a los iones negativos que genera la turmalina, que va incorporada en la pulsera, que restaura el equilibrio electromagnético del cuerpo y como consecuencia de ello, la mayoría de las personas experimentan diversos grados en el aumento del equilibrio, la fuerza, flexibilidad, resistencia, coordinación o ritmo.

Un nuevo producto milagro, un nuevo placebo que dará pingües beneficios y aumentará el remanente pecuniario de cuatro listillos... hasta que la moda se extinga por propio agotamiento y nos vuelvan a sorprender con cualquier otra gilipollez de extraordinarias propiedades terapéuticas/curativas/paliativas nunca antes vistas.

Y yo no puedo entender este fenómeno, que se extiende como una mancha de aceite. Y aunque me produce hilaridad, también me inquieta, sobre todo cuando veo que gente cercana a mi, en plena posesión de sus facultades mentales y con una cultura, cuando menos, igual que la mía, la lucen sin rubor alguno; casi diría que con exultante desfachatez.

Quizá sea porque me hace falta una limpieza de aura, que la verdad la tengo muy abandonada (¿habrá un jabón especial o un gel específico?), quizá sea el ying, o quizá sea el yang, o, quién sabe... igual se me ha cerrado algún que otro chakra y yo tan tranquilo, abandonado a mis suerte.

De todas formas, no quiero darle demasiada importancia al asunto, porque un mal karma lo tiene cualquiera.

J.A. Gillan






6 comentarios:

  1. molt bò, tens raò, el mal és si algun lector porte la pulsereta eixa, se c..... en el teu karma, aura, etc. Este article el firmarie el teu amic Juan Manuel! inspirat i currat. Ara bé, ara en estiu em pareix que ens tirem floretes, sinceres per altra banda, tu i jo, jua,jua.

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  2. Desde que el mundo es mundo el hombre necesita creer en algo que solucione sus incógnitas e inseguridades, aquí también se incluyen las religiones.
    De todas maneras estos aparatos entrarían mas en la categoría de amuletos milagrosos que imagino son mas efectivos en la medida que lo desee su propietario.
    Trasterío vario.

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  3. Desde luego que el efecto placebo y la autosugestión a veces hacen milagros. Yo no pongo ningún pero si a alguien le funciona la pulserita en cuestión o cualquier otro artefacto milagroso, pero no deja de inquietarme el fenómeno, tan antiguo y tan nuevo a la vez.

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  4. Dicen que si te pasas varias veces el carnet del Castellón por cierto sitio potencia la virilidad y ayuda a las personas con disfunción eréctil.

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  5. el amic Felip de Borbó també porte un apòsit paregut, ja,ja, açò confirme lo que confirme.
    I referent al carnet albinegre, he escoltat q. si damunt te passes el de PENYISTA és barbàric.
    (Emilio ja dubte...i no per açò, je,je)

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  6. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el otro día en un reportaje televisivo escuché, otra vez, la ya conocida frase: "somos lo que comemos"... entonces tuve una iluminación y comprendí por qué Laparra es la polla.

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