Según el Diccionario de la Lengua Española, el fútbol, en su primer acepción, es un juego entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una portería conforme a reglas determinadas, de las que la más característica es que no puede ser tocado con las manos ni con los brazos. Ni más, ni menos.
Con el paso de los años y últimamente con inusitada frecuencia, surge el debate entre los aficionados al fútbol, instigado por el periodismo deportivo, sobre qué equipos son los que juegan bien al fútbol y cuales no.
Es casi unánime la opinión que entroniza al Barça y a la Selección Nacional Española (ahora la Roja) como los dos equipos que mejor juegan al fútbol, y todavía más, como los únicos que juegan bien al fútbol.
Pues bien, yo declaro que no, que es mentira, o mejor dicho, que es una verdad a medias. En la medida en que saldan sus cuitas deportivas con victorias las más de las veces, se puede afirmar con rotundidad que tanto el Barça como la Selección Nacional Española (ahora la Roja) juegan bien al fútbol, porque el fútbol consiste simple y llanamente en eso: en perforar la portería contraria más veces que el rival, consiguiendo así la victoria.
En cambio, el fútbol de toque que ambos practican, la plasticidad de sus acciones, el espectáculo que despliegan hasta hacer del fútbol arte en movimiento, no tiene nada que ver con jugar bien al fútbol. Es, eso sí, un valor añadido que redunda en el espectáculo y en el disfrute del aficionado, y que yo mismo agradezco y admiro. Es la guinda de un sabroso pastel, pero no es el pastel.
El pastel es la victoria. Sin victoria el juego bonito vendría a ser lo mismo que los preliminares del acto sexual, sin coito. Sería como exacerbar la líbido, sin cópula. Y en el fútbol no existe el autoservicio, el sucedáneo amanuense. Aunque sí las pajas mentales.
Yo me declaro un fervoroso seguidor del juego que practican tanto el Barça como la Selección Nacional Española (ahora la Roja), pero no porque jueguen mejor que nadie al fútbol, sino por el espectáculo que me brindan.
atrevida comparança, ja,ja.
ResponderEliminarun altra: una porta té la funció de conectar dos estàncies o entrar a un edifici, però és més bonica una romànica o gòtica que la de ma casa. Quan més art, millor.
¡¡Albricias!! me sorprende tu atinado comentario.
ResponderEliminarPor partes, seria de necios el decir que el futbol que mas encandila y el mas bonito de ver no es el del Barcelona (y la roja). Tambien es evidente que por ese camino ademas de plasticidad plasmada acabas ganando titulos que al final es lo que justifica los medios.
Ahora ya hablamos de topicos y estupideces. Reconociendo todo lo anterior se ha instaurado (interesadamente) el ambiente por el cual parece que ya no se puede jugar de otra manera a riesgo de ser tachado de fanatico o sacrilego ya que la historia del futbol por lo visto nacio hace tan pocos años que nuestros padres vieron otro deporte.
Los topicos en cualquier faceta de la vida me asquean y si hablamos de futbol nos encontramos que el analisis, la critica ecuanime e incluso la opinion murieron hace años para dar paso a la simploneria el insulto y el topico por el cual siempre tendremos un bueno y un malo, un bonito y un feo, un Barcelona y un Madrid, un PP y un PSOE ¡¡coño que estos no juegan!!